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Liberate de sentirte como victima

Todos tienen una historia de víctima, un recuerdo de una situación en la que se sintieron impotentes, fuera de control o indefensos. Los detalles de la historia de víctima son muy reales y sirven como un recordatorio que a pesar de nuestros mejores esfuerzos, podemos ser superados por personas o eventos y nuestra vida puede cambiar en un instante.


Sin importar cuándo comenzó por primera vez la historia de víctima, cada detalle está grabado en nuestra mente como un recordatorio que estamos a un paso del desastre. Pero esta no es la intención de nuestras experiencias de víctima. Todos nosotros pasamos por diferentes aspectos de ser una víctima en nuestra vida, comenzando con la niñez cuando somos vulnerables y dependientes, hasta la adultez en donde tratamos de lograr nuestros sueños ante lo que pueden parecer retos insuperables. Somos enfrentados con elecciones de ser una víctima o elevarnos sobre nuestras limitaciones percibidas para volvernos victoriosos y pararnos en nuestro poder. El paradigma de víctima es uno que toda la humanidad debe - y puede - superar y liberarlo es parte de nuestro viaje espiritual individual y colectivo.

Nuestra historia de víctima puede comenzar en la niñez cuando recordamos incidentes de ser intimidados por otros, donde nuestros padres no estaban disponibles emocional o físicamente o donde nuestras necesidades no fueron satisfechas de alguna manera. O quizá algo sucedió, como una enfermedad, abuso, o una vida hogareña difícil, la muerte de nuestros padres o hermanos que crearon trauma y comenzaron a crear el paradigma de víctima en nuestra vida. Sin darnos cuenta de ello, ese paradigma se convierte nuestro diseño de vida y determina el curso que nuestro camino tomará. Entonces atraemos personas y situaciones que se relacionan e incluso realzan nuestro diseño de víctima porque esa es la energía con la que vibramos. Cuando nos preguntamos por qué las personas no son respetuosas, no nos honran o parecen salirse de su camino para bloquearnos en cada esquina, o por qué la vida es difícil, no somos felices, no tenemos suerte o estamos insatisfechos, la respuesta yace en nuestro paradigma de víctima. Mientras que podemos sentirnos muy solos con nuestra historia de víctima, cada persona tiene uno. Incluso la persona más consumada alberga un miedo secreto para el que se convertirán en víctima por algún incidente pasado olvidado, un recién llegado que los ensombrecerá o se enfrentará con una lucha que revelará una debilidad.

Mientras que quizá no nos llamemos víctimas, nuestros pensamientos, creencias y acciones dicen otra historia. Una víctima tiene muchos problemas, decepciones, expectativas no logradas y sueños no cumplidos. Con frecuencia ellos piensan que otros parecen ser más suertudos, más dotados, bendecidos o conectados de lo que ellos están. Una víctima comparte sus historias de víctima con todos porque quieren compasión y saber que no están solos en su infelicidad. Ellos pueden haber recibido “entrenamiento para víctima” de su familia, lo cual pueden tener patrones generacionales de creencias de víctima. Y ellos se convierten en víctima de su propia historia de víctima. Entonces ellos atraen víctimas y a aquellos que se aprovechan de ellos porque cuando somos una víctima atraemos tiranos, personas que necesitan controlar, manipular o dominar a los demás para sentirse poderosos.

Cuando cambiamos nuestro pensamiento y nos decimos que somos victoriosos atraemos eso mismo la victoria y los sintomas de victima desaparecen. Todo inicia en la mente, decia Alberto Cortes no hay que sentirse vencido ni aun vencido, cada quien abrimos las puertas a lo que queremos y de cada cual depende cuanto tiempo estaremos tirados o cuanto tiempo estaremos en la cima de la montaña, ser victima es un acomodo, una decision de cada quien, peor aun, cuando te sientes asi incluso escoges emocionalmente a tu victimario, asi pues personas que han tenido una pareja abusadora al encontrar nueva pareja encuentran otra igual, el victimario repite estas frases constantemente: "Esto solo a mi me pasa", "porque no aprendo", "no sirvo", "todo lo malo solo para mi", etc, etc.

Cuando en tu mente dejes de ser victima desaparecera el victimario asi pues LA RESPUESTA ESTA EN TI.

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